ÁNFORA

  • Proyecto + obra

    Superficie: 1150 m2

    Estatus: Construido

    Tipologia: Oficinas

  • El proyecto para Ánfora se desarrolló a partir de la necesidad de la marca de refrescarse, actualizarse y transformarse. Con este planteamiento no solamente se buscó experimentar con nuevos productos e innovaciones en la línea de producción, sino que también en la experiencia del cliente y de todas las personas que forman parte de la organización de la empresa.

    En una primera etapa se pidió trabajar con el showroom, ya que es el espacio principal en donde los clientes interactúan con la marca, no obstante, al formar parte de todo un proceso, se optó por renovar todo el corporativo, incluyendo una nueva zona de coworking, oficinas de todas las áreas, sanitarios y añadiendo al programa un museo de la cerámica, un roof garden, una sala de juntas exterior y una sala especial para uno de los segmentos principales de la marca, las botellas de cerámica.

    Los espacios se distribuyen a partir de un eje central que contiene el acceso principal y la recepción, espacio que fue reconfigurado totalmente al invertir la disposición espacial, dejando la recepción al frente de ese módulo y la zona de espera en la parte de atrás, coronada por un plafón de cerámica colgante desde la doble altura que contiene al espacio, otorgando un carácter más formal al acceso del edificio; desde la recepción podremos visualizar dos tapancos conectados por un puente que al mismo tiempo sirve de marquesina para vestibular el acceso principal, los tapancos contienen la zona de coworking, oficinas, showroom y museo.

    La zona de coworking se ubicó en la planta baja del tapanco norte con diversos espacios que configuran la planta arquitectónica. En el acceso se ubicaron salas de estar y salas de juntas subdivididas por cortinas que posibilitan la subdivisión o integración de espacios de acuerdo con la necesidad puntual de uso. En el centro del espacio se instaló una barra de trabajo con un mueble superior que permite la estancia de hasta 16 personas simultáneamente. El espacio se termina de integrar por dos booths de trabajo que permiten hacer reuniones individuales en un ambiente más informal además de una cocineta y una gran mesa que permite desde reuniones formales hasta almuerzos con clientes.

    La idea principal de la zona de coworking es romper con el esquema tradicional de la oficina y ofrecer tanto a visitantes como a anfitriones distintas posibilidades de interactuar, así como alternar con los lugares fijos de trabajo que podría significar mayor productividad.

    El showroom se emplazó en la planta baja del tapanco sur; el punto de partida fue renovar por completo la experiencia del visitante, la idea se enfocó en poder exhibir de forma clara y ordenada todos los productos, que de la mano con una curaduría se tendría una visión general de las posibilidades que se puedan producir. La selección de materiales se hizo pensando en la mayor neutralidad posible que además ayudara s destacar las piezas de cerámica, por ello seleccionamos el negro y una paleta de maderas blanqueadas, lacas en grises claros neutros y muros en tonos off White. El recorrido del showroom comienza con una sala general que contiene muebles modulares y móviles que podrán reacomodarse de acuerdo a las necesidades de cada temporada; y continua hacia un espacio de 6 ambientes distintos donde se exhiben los productos en diferentes aplicaciones y tipos de espacios interiores, cada uno de los ambientes tiene un estilo de interiorismo completamente diferente y podrá modificarse de acuerdo a las tendencias en mobiliario y colores que evolucionen a lo largo del tiempo.
    El showroom termina con un pasillo que se ilumina en toda su longitud con una caja de luz que resalta piezas especiales, las cuales “flotan” en unas repisas traslúcidas y enmarcan la salida hacia la fábrica para conocer todo el proceso de la producción.

    Como complemento del showroom, el cliente nos solicitó la realización de un museo de la cerámica, enfocado en particular a la historia de la marca, este museo se ubicó en la planta alta del tapanco sur, sobre el showroom; el ingreso al museo es desde una escalera metálica flotada que se desplanta desde la sala general del showroom; el museo se pensó como un recorrido temporal lineal que se complementa con los procesos de fabricación de la cerámica; el recorrido se pensó en una planta con muros bajos, nichos y mobiliario que a partir del mismo partido arquitectónico cuenta la historia del museo. Los muros y nichos se caracterizan por tener un acabado que hace referencia al material base para la creación de la cerámica y la selección de materiales se pensó a partir del concepto de las arcillas y de los materiales en crudo para contrastar con los elementos a exponer.

    La zona de oficinas se dispuso en la planta alta del tapanco norte y el resto de la planta del edificio. La premisa para ambos espacios fue que, al mismo tiempo de albergar todos los sitios para la operación, se hiciera una optimización de estos para disponer en las zonas de espera y tránsito de más mobiliario y espacios para exposición. La planta arquitectónica y la paleta de materiales se seleccionaron a partir de un análisis de la estructura original del edificio, que fue construido en la década de los 70 como parte de un programa federal para impulsar la industria a nivel nacional; el sistema constructivo es de losa reticular con columnas de concreto y planta libre, por lo que aprovechando esas condiciones optamos por dejar la estructura en crudo cubriéndola de colores que hicieran referencia nuevamente a las arcillas y que le permitieran tener relacionada a la década en la que el edificio fue construido, pero con una sensación de atemporalidad.

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